viernes, 22 de enero de 2010

Si una palabra mía bastara para sanarte...

Hoy escribo para ti...
Quisiera arroparte con mi palabra. Desplazarte del lugar en el que estás, como si en un click y arrastro pudiera sacarte de allí,  borrar todos los detalles del escenario que te rodea y cambiarlo por un campo de flores, una duna, una cascada o un vergel ...
Te rememoro para así sustituir tu dolor, doblegarlo bajo mi pie, aplastarlo como a incómodo insecto, hacerlo desaparecer. Ojalá pudiera.
Inquieta ante tu ausencia, incómoda, te envío alas, puentes de plata para escapar del enemigo, el que te embiste y te abate, el que no te da tregua, el que quiere secarte. Pero no sabe que tu almacén de vida es inmenso, que te alimentas de mareas y de soles, que sabes precipitarte por las laderas sin desollarte las piernas, que te impulsas cuando caes, que estás acostumbrado a vencer tormentas, a lidiar batallas con dragones de carne y hueso de los que apuntan al corazón, a sobrepasar los límites de la ira, a buscar la belleza tras la nube gris.
Y si tuviera don de lenguas buscaría las letras donde se acumula la fuerza con que la naturaleza sobrepasa cada primavera la estación anterior, la energía que hace brillar a las estrellas más allá del sol, el rincón donde los niños fabrican sus sonrisas y con ellas compondría algo para ti, una salmodia que te acunara con acompañamiento de guitarra, un lied prosaico o una morna...
Si una palabra mía bastara para sanarte...

lunes, 18 de enero de 2010

ALÉJALO

Aleja ese sentimiento. Mándalo lejos de ti. Tú sabes que te hace daño. Que si dejas que eche raíces, puede pudrirte, despedazar tu isla, el espacio interior que te construyes para poder sobrevivir. Nada alienta más a los malos sentimientos que el dejarlos flotar libres, el observar sin hacer nada.
Si la ira resuella en tu nuca, peregrina busca alojarse en ti, hacerse nódulo, tensar tus cuerdas... ¡Cuidado! Las fosforescencias con las que se adorna serpean dentro y te empujan, te impulsan a romperte. Estás a un paso del basural, de dejarte llevar por la tolvanera de lava en la que beben las pirañas. Si la deflagración se produce, te hundirás.
Si es la tristeza quien avanza secreta, como araña que teje en el rincón su red, es su materia de sombra la que debes ahuyentar, subirte a su grupa para lanzarle el dardo mortal que acabe con su filtración en tí.
El abatimiento baja a veces por tu garganta y se hace río, corriente continua, porque el día hoy pintaba gris y una duda, un escalofrío, una ausencia... provocan ese reguero turbulento que se instala en arterias y poros y que te devora, aliado de los demonios de tus noches insomnes, de los que hincan los dientes afilados en tu costillar y no sueltan. Maullarás entonces para abrir brecha en el vacío, esparcirás pétalos sobre el fondo túrbido para no permitir que te inmovilice.
Corazón de rodio que soporte los ácidos, la morosidad de la existencia de esos momentos en que las áspides desean acanalar tu alma. Doble reserva de energía para cuando no quieres mirar. Tiempo granular, recordatorio sonoro de que todo pasa, también el hoy, también el ahora, troquelado, descuartizado o seductor...
Catalizar sus reflejos es -a veces- la mejor opción para seguir.

sábado, 16 de enero de 2010

BLAGODARIA

¡De qué curiosa materia están hechas las palabras! ¡Por qué extraños caminos nos llevan, nos acompañan, o nos dejan ensimismados!
Blagodaria es Gracias en búlgaro y este es mi sentimiento hacia la autora de uno de los poemarios que más me ha conmovido en mi vida: "NUNCA" que este fin de semana se presenta en su versión búlgara en Sofía y que aún no se ha editado en español. Ya que su autora, la poeta y traductora Zhivka Baltadzhieva (Mujer sabia, que inquiere, que no se conforma con lo dado, con lo aparente. Inquisidora y palpitante, convulsa, herida pero victoriosa ,"superviviente" como buena búlgara, pero ciudadana universal en el sentido más infinito del término... )me ha permitido degustarlo, dejo aquí una pequeña muestra:


La luz tiene prisa,

siempre tiene prisa.

Por lo cual toma el camino más rápido.
El más corto en vano se estira.

¿Es una onda? ¿O simple partícula
que noquea lo oscuro y la soledad?

La física clásica cree en la realidad de los fenómenos.
La cuántica encuentra que el estado del sistema depende

del observador.

Él

se mira en el espejo.
No consigue reconocerse en la realidad reflejada

y tampoco el estado del sistema cambia
en consecuencia.


La luz tiene prisa.

jueves, 7 de enero de 2010

Los niños de Christine Spengler

La holgura de los sueños de un niño es infinita. Todo se limpia a su alrededor, incluso en mitad del aguacero. El revuelo que una de sus sonrisas puede provocar es tan rotunda... Y aunque en cada esquina acecha la poquedad de la miseria humana, la aureola de la ilusión que puede caber en el farolillo encendido de sus ojos es dosel bajo el que guarecernos, trampantojo que nos salva o nos enseña a esperar, a seguir creyendo ... a pesar de todo.
Incluso cuando el hombre rompe el orden natural, en las situaciones más extremas, verlos enroscados en sus danzas y en sus juegos- around the roots - hace oscilar al más bravo, turba la lava de su juego feroz.
Y lo vemos en las fotos de Christine.
En sus niños del Ulster que sonríen tras los fusiles como si de ellos solamente pudiera salir un tapón de corcho o una mágica flor;en los que posan con las barricadas de fondo, burlando quizás a la misma señora de la muerte a quien tan bien conocen; en los que andan de puntillas porque la guerra les pisa los talones; en los que crecen en los columpios del sobresalto con el miedo fluyendo por las arterias; en los que usan los tanques como escenario donde representar sus historias para huir de la hecatombe...
"Valor, ternura y saber mirar" son su lema para fotografiar y nos lo muestra en las niñas de Teherán que parecen haberlo visto todo y que ante la cámara, sin moverse siquiera parecen levitar más allá de sus élitros negros, de los muros de su tierra, del cataclismo que enturbia sus pies y el futuro de sus vidas.  Y en tantos otros... polvorientos rostros de humillados que saben cómo mutar el gris de sus días. Tienen tanto que decir...
Ninfas de parábola que saben abrirse paso pateando, brazos de hiedra virgen, irisado plumaje. Reyes de las manzanas de caramelo, compinches del alborozo, todos soñadores agolpados tras los aullidos, escalan nuestras entrañas y nos gritan para enseñarnos a gozar, a refrescar nuestro ser sabiendo virar en el momento justo. Sigamos danzando con ellos. Nos llevan de la mano.